Image Alt

CDM

Cáncer de piel

Cancer no Melanoma

Las lesiones cancerosas no melanoma se consideran el cáncer de más fácil diagnóstico y tratamiento. Se originan comúnmente de las estructuras de la piel. Los 2 tipos más comunes son el carcinoma basocelular y el Carcinoma espinocelular o escamoso. El Espinocelular frecuentemente se origina de una lesión displásica (anormal) “in situ” que puede ser fácilmente tratada antes que la invasión ocurra. En contraste el basocelular es mínimamente invasivo y los superficiales son los más comunes.

Se considera que es más frecuente en pacientes con piel clara, que han estado expuestos a la radiación solar y a los rayos UV asi como al virus del papiloma humano (VPH). Las queratosis solares son las lesiones precursoras más frecuentes de cáncer espinocelular in situ  y el tipo invasivo se presenta en áreas de exposición crónica al sol. La radiación UV y el VPH causan un espectro de cambios que varían desde displasia epitelial hasta cáncer espinocelular invasivo. 

Carcinoma espinocelular

Lesiones múltiples o solitarias que pueden ser placas elevadas y con descamación

Lesiones bien delimitadas rojas o rosadas algunas veces con o sin escamas.

Las lesiones que no se tratan pueden convertirse en más agresivas o invasivas.

El tratamiento es muy exitoso cuando es dado a tiempo y puede ser con cirugía excisional, criocirugía, tratamiento tópico o terapia fotodinámica, dependiendo de cada caso

Carcinoma basocelular

Es el cáncer más común.

Hay diferentes tipos y dependiendo del tipo es el pronóstico y tratamiento. Puede iniciar como una pápula o nódulo traslucido o color perlado, en algunos casos puede ser rojizo con superficie lisa y con la presencia de pequeños vasos sanguíneos en la superficie.

Es localmente invasivo, agresivo y destructivo pero de crecimiento lento y es muy limitado. No tiene tendencia a irse a otro lado (metástasis).

El tratamiento es quirúrgico por lo general aunque en algunos casos la aplicación de crioterapia y algunas cremas pueden dar buen resultado.

Melanoma y sus precursores

Las lesiones precursoras de melanoma son lesiones que son benignas pero tienen el potencial de convertirse en malignas y dar origen a un melanoma. Las lesiones precursoras son: los lunares o nevos melanociticos displasicos y los nevos melanociticos congénitos. 

Nevo melanocítico displasico (anormal)

Tipo especial de lesión pigmentada bien delimitada adquirida que representa un desorden en la proliferación de las variables atípicas o anormales de los lunares.

Pueden brotar de repente o como parte de otro lunar previo.

Se distinguen clínicamente de los lunares normales porque son más grandes, tienen diferentes tipos de color, son asimétricos y con bordes irregulares.

Se consideran precursores de melanoma superficial y también son marcadores en personas que tienen riesgo de melanoma primario (antecedentes familiares).

Pueden presentarse esporádicamente o si hay antecedentes familiares.

El tratamiento es por excisión quirúrgica y la revisión del resto de las lesiones sospechosas.

Nevo melanocítico congénito

Son lesiones pigmentadas que están presentes desde el nacimiento. Algunas variedades pueden desarrollarse y hacerse más evidentes durante la infancia.

Pueden ser de tamaños variables desde muy pequeños hasta muy grandes.

Se consideran lesiones benignas.

Todos los nevos congénitos pueden ser precursores de melanoma.

No todos requieren quitarse, pero si hay datos de sospecha la extirpación quirúrgica es el único método aceptable de tratamiento.

Melanoma

El melanoma cutáneo es el tumor de la piel más maligno. Se presenta posterior a la transformación maligna de los melanocitos (células del color).

Existen diferentes tipos y dependiendo de su tipo, tamaño, evolución y área afectada, es el pronóstico.

Es tratable al 100% cuando es detectado a tiempo.

Existen riesgos asociados con marcadores genéticos, tipo de piel (blanca), antecedentes familiares, radiación ultravioleta intensa como quemaduras con ampollas, entre otros.

Lo más importante es el diagnóstico temprano y si es mejor la prevención solar y la evaluación periódica por su dermatólogo en caso de lesiones sospechosas.

¿Qué debemos de revisar en nuestros lunares?

ABC de las lesiones pigmentadas

A — Asimetría

B — Bordes irregulares

C — Colores diferentes al marrón (rojos, azules, blancos)

D — Diámetro de la lesión

E — Evolución